Bautismo de Fuego de Panini
Desde el comienzo de este año, como bien sabemos todos ya a estas alturas, el mundo del comic en España dio un giro que, no por esperado, dejó de resultar sorprendente: La filial del gigante italiano aterrizó en nuestro país. Sin embargo, pese a que con marvel entraron con fuerza, en el manga tuvieron un comienzo más que renqueante.
De entre las obras por las que apostaron para comenzar su andadura, estaba Ichigo 100% y, en cierta manera, hubieran acertado plenamiente de no ser por los problemas que surgieron con la calidad de la edición ya que Ichigo resulta una serie que utiliza todos los elementos necesarios para resultar una serie de éxito comercial: Triangulo amoroso, traviesas ráfagas de viento de lo más oportunas para levantar las faldas de los personajes femeninos, personajes tipo bastante planos junto con secundarios cómicos.
Muchas veces, hablando de la serie, se comenta que viene a ser una obra de Katsura venida a menos y, en parte, la comparación es cierta. El dibujo de Mizuki Kawashita es infinitamente inferior al casi hiperrealista de Katsura, mientras que la comedia estudiantil toma visos de ser la habitual. Eso sí, es de agradecer que no se disfrace un ápice y haga un ejercicio de honestidad en la obsesión del protagonista en encontrar a una chica a la que, por casualidad, al caer sobre él, le vio las bragas estampadas de fresa.
Si sabemos lo que compramos, la serie resulta una obra de las que se realizan en producciónen serie: fresca, insustancial y bastante predecible, es decir, un método de evasión que en ocasiones hace sonreir pero que, con el problema de la pésima edición con la que comenzaron, seguramente hayan dinamitado mucho del éxito que hubieran podido tener.
El segundo asalto que tuve en este bautismo de fuego de Panini, fue W Juliet, un shojo al uso, con ea ambigüedad tan habitual en los relatos nipones. La historia de Ito Miura y Makoto Amano, es un jugueteo ameno de las costumbres preestablecidas dependientes del género, haciendo que el personaje femenino, resulte muy masculino, justo al contrario de lo que sucede con el hombre.
W Juliet es un shojo adolescente de los que parece que ahora están cambiando la tendencia de publicación de los shojo. En realidad, la diferencia no es demasiado evidente con la salvedad, tal vez, de la banalización de elementos que antes parecían auténticos mundos (ir de la mano, besarse) y que se vislumbra la temática del sexo, sus dudas y la tentación.
Sin embargo, formalmente, apenas cambia demasiado de los manga orientados a niñas de 8 años que se solían editar en nuestro país hasta hace nada. Las páginas con tramas y dibujos floreados siguen prevaleciendo, repitiéndose cada no demasiado aunque, seguramente, el principal problema con el que se encuentra el lector de W Juliet, a la hora de la verdad, es la narrativa algo farragosa, con numerosas viñetas, repletas de detalles y cantidades de texto algo excesivas que hacen que la lectura del tomo resulta demasiado larga.
Por último, Planetes, la obra de la que realmente más esperaba, es más o menos exactamente lo que esperaba. Planetes es un manga de ciencia ficción, con un trasfondo tecnológico que lo puebla todo pero que, a lo largo de sus numerosas historias interlazadas en cada tomo, esa tecnología queda en un segundo plano, priorizándose las pequeñas y grandes historias de los protagonistas: una cuadrilla de basureros espaciales. Miedos, preocupaciones o simplemente la imposibilidad de fumar, son los pequeños dramas cotidianos con una trama de luchas corporativas de fondo que se desarrolla a lo largo de los cuatro tomos de la serie.
Además, el dibujo sencillo de Makoto Yukimura y su narrativa ágil, hace que el tomo se devore en un santiamen, dejando un regusto agradable, con ganas de más. Comparativamente a la otra obra de temática similar que ahora mismo se publica en nuestro país, Moonlight Mile, se encuentran algunas similitudes, tanto en estética como en algunas temáticas, aunque la tendencia de aparecer escenas picantes de Moonlight Mile y la agradable cadencia de Planetes hacia los pequeños detalles, hacen que la obra de Panini, sea más recomendable, ofrenciendo una historia cálida, alejada de las grandes gestas heróicas donde gigantescos mechas metálicos se aporrean hasta la saciedad en pos de la salvación del mundo y mostrando un futuro factible, relativamente cercano a nuestro día a día pero con otras circustancias.
Estos primeros meses de Panini en el mercado del manga en España, han tenido de todo pero, sobre todo problemas. Tras los fallos originalmente en las ediciones, llegaron los retrasos. Ahora, una vez solucionados esos problemas, esperemos que se establezcan en el mercado y sigan apostado por nuevas obras. Veremos que como siguen estos italianos.