lunes, febrero 07, 2005

K: Mucha Altura para tan Poco Vuelo

Alguien me dijo una vez que hay dos Taniguchi, el que guioniza sus propias historias y el que dibuja las historias de otros. Y tenía razón. En la mayoría de los tomos que alguien guioniza Taniguchi o éste adapta relatos de otros, con la salvedad tal vez de El Olmo del Cáucaso, hay un distanciamiento con ese sentimiento de humanidad que tan bien imprime en las obras en las que él hace de autor completo, usando sus propias ideas. Y eso, tal vez, le sucede a este tomo.

K es una colección de pequeñas historias cortas ligeramente interrelacionadas entre sí que tienen en común al personaje que da el nombre al tomo y como leitmotiv un tema tan atípico como el alpinismo, repleto de superación de los límites humanos, del miedo que impone la montaña y de una cierta aura de irrealidad que hace que, al leer la historia, me surgiera una sensación de escepticismo con casi todo lo que se cuenta.

Aún así, asido a cuerdas de agarre y avanzando a base de porrazos de piolet, Taniguchi realiza un manga de aventuras, manejando con la maestría habitual los ritmos e imprimiendo acción a raudales a una historia repleta de tópicos, desde el misticismo casi reverencial que se muestra a la montaña a ese aire trascendental que rodea al protagonista, que parece por encima del bien y el mal incluso cuando los problemas le rodean. Tal vez por ello, K, es más un tomo para aquellos que, como yo, nos hemos convertido un poco en coleccionistas y acumuladores de todo cuanto hace este hombre. No todas las series que tiene iban a ser de diez, K, al menos, es un manga aceptable que no imprescindible y probablemente la serie más floja de Taniguchi que hemos visto en nuestro país.

Queda decir que la edición que ha realizado Otakuland es bastante correcta, de hecho, bastante buena para lo que nos tienen acostumbrados estos madrileños, aunque se les podría poner un pero, el precio algo elevado si consideramos que por un poquito más tenemos un tomo de Ponent Mon con bastante más calidad de edición. De todas formas, tampoco resulta hiriente pagar los 12 euros que vale cuando es un formato y un precio que editoriales como Norma ya han utilizado en series como Kamikaze o Niraikanai.