Glenat Descubre Algunas de sus Cartas...
...y son exactamente las que se esperaban.
Es decir, Inugami Hakase, más Maruo que implica exactamente lo de siempre: sexo y gore, esta vez con un Onmyouji, una especie de exorcista a la japonesa, que se enfrenta a sectas siniestras con ritos igualmente siniestros que utilizan poderes todavía más siniestros. ¿Alguna vez he dicho que no entiendo lo de Maruo? De acuerdo, es salvajemente sádico, sus obras consiguen polémica e inquietan por sus ingentes cantidades de violencia, de sexo y de perversiones pero... no hay mucho más allá que una transgresión estereotípica y una estética feísta. No me parece suficiente autor para la cantidad de alabanzas que se le otorgan en europa al igual que la cantidad de obras que están llegando a España, con ésta serán diez.
Además, publicarán un tomo único de temática de terror de un autor que sorprendió gratamente por una obra que prácticamente se ha convertido una de las recomendaciones habituales a la hora de preguntar por el manga: Dragon Head. Se trata de "La Mujer de la Sala de Estar" (Zashiki Onna). Cabe destacar que se trata de una obra previa a Dragon Head, con lo que la calidad del dibujo es algo inferior al que se puede disfrutar en la obra cumbre del autor.
Y por último, el ultraesperado nuevo manga del autor de Love Hina, Ken Akamatsu: Mahou Sensei Negima, donde se riza el rizo del manga harén y el autor mete a un niño de 8 años de aire potteriano como profesor de 31 alumnas entre las que, por supuesto, hay una chica para los gustos de todos los posibles consumidores: una chica tímida y vergonzosa, otra activa, gritona pero no muy inteligente, unas aficionadas a la gimnasia rítmica, un vampira, una aficionada a los ordenadores, una exploradora de la biblioteca, etcétera, etcétera, etcétera
En fin, 11 tomos lleva ya con el manga el bueno de Akamatsu y si ya Love Hina cometía infinitos pecados, a esta Negima se le suma la imposibilidad evidente de llevar a 31 personajes secundarios de una forma coherente, y mucho menos cuando en cada capítulo se le da el protagonismo a la historia de alguna de ellas, para después volver a pasar amablemente al tercer o cuarto plano en el que antes permanecía.
Eso sí, no nos olvidemos de Cat Shit One, Pink Prisoner, y la reedición de Black Jack y algún tapado que permanece por anunciar.
Es decir, Inugami Hakase, más Maruo que implica exactamente lo de siempre: sexo y gore, esta vez con un Onmyouji, una especie de exorcista a la japonesa, que se enfrenta a sectas siniestras con ritos igualmente siniestros que utilizan poderes todavía más siniestros. ¿Alguna vez he dicho que no entiendo lo de Maruo? De acuerdo, es salvajemente sádico, sus obras consiguen polémica e inquietan por sus ingentes cantidades de violencia, de sexo y de perversiones pero... no hay mucho más allá que una transgresión estereotípica y una estética feísta. No me parece suficiente autor para la cantidad de alabanzas que se le otorgan en europa al igual que la cantidad de obras que están llegando a España, con ésta serán diez.
Además, publicarán un tomo único de temática de terror de un autor que sorprendió gratamente por una obra que prácticamente se ha convertido una de las recomendaciones habituales a la hora de preguntar por el manga: Dragon Head. Se trata de "La Mujer de la Sala de Estar" (Zashiki Onna). Cabe destacar que se trata de una obra previa a Dragon Head, con lo que la calidad del dibujo es algo inferior al que se puede disfrutar en la obra cumbre del autor.
Y por último, el ultraesperado nuevo manga del autor de Love Hina, Ken Akamatsu: Mahou Sensei Negima, donde se riza el rizo del manga harén y el autor mete a un niño de 8 años de aire potteriano como profesor de 31 alumnas entre las que, por supuesto, hay una chica para los gustos de todos los posibles consumidores: una chica tímida y vergonzosa, otra activa, gritona pero no muy inteligente, unas aficionadas a la gimnasia rítmica, un vampira, una aficionada a los ordenadores, una exploradora de la biblioteca, etcétera, etcétera, etcétera
En fin, 11 tomos lleva ya con el manga el bueno de Akamatsu y si ya Love Hina cometía infinitos pecados, a esta Negima se le suma la imposibilidad evidente de llevar a 31 personajes secundarios de una forma coherente, y mucho menos cuando en cada capítulo se le da el protagonismo a la historia de alguna de ellas, para después volver a pasar amablemente al tercer o cuarto plano en el que antes permanecía.
Eso sí, no nos olvidemos de Cat Shit One, Pink Prisoner, y la reedición de Black Jack y algún tapado que permanece por anunciar.