martes, enero 11, 2005

Lecturas de la Vuelta a la Rutina



Pues desde este Lunes las cosas han vuelto a las rutinashabituales y, como tal, el regreso a las clases o, más bien, a las lecturas en la cafetería mientras me salto alguna clase poco agradable. Eso y un catarrillo, me han dado tiempo a leer unas cuantas cosillas que tenía pendiente.

Empezaremos con Tarot Café, un manwha editado por La Cúpula. Sí, un manwha, no se trata de un error tipográfico, sino que es como se denomina al comic realizado en Corea del Sur. En los tres primeros tomos que se han podido leer por estos lares, nos encontramos con una historia forjada a base de pequeños relatos de tinte fantástico que toman como eje común, una bruja que, gracias a la ayuda de sus cartas, va adivinando su historia al tiempo que el autor nos la cuenta con un precioso dibujo que, sin duda, es su principal punto a favor. Se trata de un comic pausado y terriblemente visual, que busca la atención del público femenino y que, aunque no narra con maestría sino que tiende a centrarse en viñetas a página completa de mucho impacto, deja una sensación agradable tras leerse aunque no va mucho más allá de un simple divertimento, útil para entretenerse un ratito y no darle muchas vueltas. Por cierto, la editorial ha comentado que están negociando los próximos tomos por lo que parece que habrá Tarot Cafe una temporadita aunque seguramente siga siendo más de lo mismo, con historias aparentemente inconexas pero con la dosis de ese encanto que tienen los cuentos fantásticos bien contados.

Cambiamos de tercio y pasamos a los dos primeros tomos de Moonlight Mile, un manga de una temática totalmente opuesta a Tarot Café y con un público que poco o nada tiene que ver. Y eso se ve tan sólo ojeando el tebeo ya que las escenas de sexo bastante explícito que salpican el primer tomo dejan muy clarito que el target potencial de la serie está entre el público masculino aunque, tras leer el comic, sorprende que se trate de un público bastante más maduro del que en un origen se podía esperar. Por que sí, Moonlight Mile es un manga con una historia prevista para un público algo más adulto, dispuesto a recibir una historia de ciencia ficción pero de un corte terriblemente realista, donde los protagonistas han de estar varias horas adaptándose a los cambios de presión para poder salir al espacio antes de realizar labores que poco o nada tienen que ver con gigantescos mechas que se aporrean entre sí. Además, el dibujo muy aferrado al estereotipo "otomesco" del dibujo japonés, se adapta muy bien, caracterizando positivamente los rostros de los personajes dependiendo de su nacionalidad o etnia. El ritmo está marcado con habilidad y, pese que el abuso de las escenas sexuales se haga algo tedioso, ha sido todo un acierto por parte de Ivrea ya que sí se le puede catalogar como un manga adulto, de seinen, pese a que no tenga el cariz de profundidad que puedan tener las obras que habitúa publicar Ponent.

Y es de agradecer ya que últimamente, la etiqueta "seinen" se utiliza con mucha ligereza, haciéndola únicamente sinónimo de mucha violencia o sexo y tildando a series totalmente quinceañeras como Gantz, La Espada del Inmortal y similares, como obras adultas.