lunes, febrero 14, 2005

Santuario: La Política de la Mafia

Ya, ya, ya sé, he vuelto a desaparecer una temporadita. Lo siento, de veras. Sin embargo, en mi regreso, traigo un par de le lecturas que comentar.

Santuario fue, en los primeros devenires de esto del manga en nuestro país, una de esas series maltratadas que acabaron cerrando tras apenas unos números por falta de ventas. Hoy, en medio de la ya costumbre de reeditar series que antiguamente no funcionaron, Otakuland lanzó al mercado una edición de seis tomos en formato "wide" con características similares a las que ya vimos en otras series de esta editorial, como por ejemplo en Touch, BT'X o Hiroshima, recuperando así a dos viejos conocidos de los lectores más veteranos.

Tras leer los primeros tres tomos, se ve claramente el planteamiento más adulto que ya sorprendió cuando fue editada por primera vez en comic book por planeta ya que, más que centrarse en la violencia, la sangre y el sexo, como habitualmente sucede con éste tipo de series, adopta una trama política que lleva tras de sí una crítica a la sociedad del Japón de principios de los noventa. La historia se centra en dos jóvenes idealistas, Akira Hojo y Chiaki Asami, que descontentos con que los puestos de poder en su país estén copados por ancianos, tratan de cambiar las cosas aunque tomando diferentes caminos. Uno se adentra en el mundo de la política y el otro en el de la mafia, desarrollando así una compleja trama obra del camaleónico Buronson que entremezcla ambos mundos y que es desarrollada con maestría gracias al impresionante dibujo hiperrealista de Ryoichi Ikegami.

La edición de Santuario entra de la categoría habitual de los tomos de Otakuland, siendo globalmente aceptable, sin más. El gran defecto que tiene es contar con una reproducción demasiado oscura quedando la impresión ligeramente quemada y desmereciendo un poco el increíble trabajo realizado por Ikegami. Por lo demás, se trata de un tomo de cuatrocientas cincuenta páginas al precio de doce euros, contando con sobrecubiertas y en sentido oriental de lectura. Con las onomatopeyas sucede algo extraño ya que la mayoría se han dejado sin retocar pero, sin embargo, hay algunas que sí se han pasado al castellano.

Santuario es un manga indispensable para ver como comprende el comic nipón las historias de género negro. Si ya en Strain, la pareja Buroson / Ikegami ya hizo un excelente trabajo, en ésta, indagando en las motivaciones de los personajes, perfilando con habilidad tanto a los protagonistas como a los secundarios y rematándolo por el siempre impresionante dibujo de Ikegami, logran hacer de esta serie la obra magna de ambos autores, resultando una compra indispensable para cualquier amante, no sólo del manga en particular, sino del cómic en general.