lunes, agosto 29, 2005

Mi Colección de Joyas II: Touch

Algunos se preguntarán, ¿Touch? ¿Por qué? Es un manga de beisbol. Y entonces sabré que no han leído el manga. Muchos, algunos, la mayoría... bueno, no estoy seguro si la mayoría, pero al menos yo conocí Touch y conocí a Adachi gracias a aquella "época dorada" del anime en televisión, no recuerdo muy bien ni en que cadena ni a que hora, pero Bateadores siempre estaba en mis mañanas.

Supongo que, en parte, cuando me hice con el manga estaba temeroso de que mis recuerdos fueran vagos y siempre tendieran a deformarlo hacia una perspectiva infantil pero, a la hora de la verdad, sobre todo por lecturas de otras obras suyas, Adachi siempre me resultó un seguro de vida en lo que a entretenimiento se trataba. Ya desde las primeras páginas de Touch, la impresión de que todo aquello era más un manga de la historia de Kazuya, Tatsuya y Minami que de beisbol me asaltó desde el primer momento.

Y esa sensación no me abandonó hasta la última página, y es que el manga de Adachi es una historia de triángulos amorosos. Pero no una de esas rebuscadas, retorcidas, sino una sencilla, simple, dinámica, rutinaria, cotidiana, mágica, con grandes golpes de guión que aturden con la sencillez con la que lo hace algo en la vida real pese a que , de fondo, queda la estela de la autosuperación, uno de los tópicos más repetidos en el shonen.

En parte, la culpa de que Touch no sea un Capitán Tsubasa, un Campeones, se basa en los sencillos pero cercanos personajes principales, en su ligera evolución poco a poco, en como se interrelacionan, haciendo que historias vulgares atrapen como pocas justo por eso, por ser vulgares, por su cotidianidad, por estar basadas en sus personajes principales, siempre hábilmente apoyados en unos secundarios habitualmente cómicos que sirven para soltar los gags que pueda quitarle el dramatismo que se destila en ocasiones.

Eso, junto a una narrativa dinámica a la vez que sencilla, sin alardes, hace que la serie quede por encima de prácticamente todo lo escrito después y mucho de lo escrito antes. Usando siempre viñetas clásicas, sin muchas complicaciones, Adachi sabe imprimirle una magia que te hace devorar página tras página, viñeta tras viñeta. Y es que con el estilo de Adachi tampoco se pueden realizar grandes alardes pese a su corrección y efectividad. Además, Adachi no teme al silencio, es más lo aprovecha, utilizándolo con una habilidad que no he visto en ningún otro autor japonés. Miradas, gestos, ligeros movimientos sin una palabra que consiguen una fuerza emotiva arrolladora.

Y... detrás de todo esto, de fondo, como un decorado, el beisbol. ¿Touch es un manga de beisbol? No, Touch es el manga de Kazuya, Tatsuya y Minami, de sus rutinas y sus vidas.